Creo que hay que darle la vuelta al Estado. El Estado no se lo curra con sus ciudadanos. No quiere darles cariño. Quiere darle migajas materiales, indirectamente cuidarlo. Pero no quiere darle cariño que es lo básico.
El cariño es una necesidad y un derecho.
Creo que los principales problemas son afectivos y por ello es imprescindible enseñar autoestima en el colegio. Habría que elevar la falta de autoestima al nivel de enfermedad mental.
Pienso que el Estado debe partir de la base de que las personas sufrimos a nivel emocional, con independencia de nuestra economía, y debe darse una vuelta de tuerca más en favor de la salud psicologica y la higiene mental.
Sería positivo crear Casas de la Felicidad donde se satisfagan necesidades sexuales, emocionales y sociales. Como un Centro Cívico donde se fomente la felicidad personal mediante un equipo interdisciplinar de profesionales del sexo, psicolog@s, trabajador@s y educador@s sociales. Necesidades biopsicosociales estudiadas y cubiertas.
Incluso ejercer la prostitución como emplead@ público, accediéndose por oposición. La necesidad sexual es otro importante derecho. La Educación Sexual es básica para combatir delitos sexuales.
Por seguridad, no puede haber ciudadanos sin autoestima. Se destinan muchos recursos a situaciones problemáticas que existirían en menor medida en una tribu sana psicológicamente.
Me imagino también una Unidad de Trabajador@s Sociales a los que llamar igual que se llama al 112. Creo que en Madrid la Policía Local acude con un@ T.S.
Me imagino también una Unidad de Trabajador@s Sociales a los que llamar igual que se llama al 112. Creo que en Madrid la Policía Local acude con un@ T.S.
Pienso que el Estado infravalora el problema que la falta de autoestima representa. Tenemos derecho a exigir que se fomente y remuevan los obstáculos (art. 9.3 CE) a fin de favorecer el libre desarrollo de la personalidad (art. 10 CE).
Lo primero es estar san@ psicológicamente.
La falta de autoestima es una Enfermedad de Transmisión Social que, desgraciadamente, se puede perpetuar de generación en generación. Ante tal enfermedad pienso que existe una medicina: una larga terapia psicológica para el que la padece y una larga terapia psicológica preventiva para tod@s. La primera llevada a cabo a través del Sistema Nacional de Salud, la segunda a través de la Educación.
De ese modo el Estado del Bienestar calaría radicalmente en un nuestro interior, favoreciendo y fomentando el autoestima como motor básico imprescindible para vivir dignamente.
La falta de autoestima es una Enfermedad de Transmisión Social que, desgraciadamente, se puede perpetuar de generación en generación. Ante tal enfermedad pienso que existe una medicina: una larga terapia psicológica para el que la padece y una larga terapia psicológica preventiva para tod@s. La primera llevada a cabo a través del Sistema Nacional de Salud, la segunda a través de la Educación.
De ese modo el Estado del Bienestar calaría radicalmente en un nuestro interior, favoreciendo y fomentando el autoestima como motor básico imprescindible para vivir dignamente.